Costa Rica es uno de los 20 países en los que se habla español como lengua oficial. Este idioma es el segundo más hablado por número de hablantes nativos y también uno de los más estudiados a nivel mundial. Con sus más de diez conjugaciones verbales, el español se consolida como una lengua rica en palíndromos (Anita lava la tina), frases célebres (“En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme”) y homófonos (pozo y poso).

Así mismo, cuenta con vocablos únicos como melifluo (algo que es excesivamente dulce, suave o delicado), serendipia (hallazgo valioso de algo que no se buscaba) e inefable (algo que no puede ser descrito con palabras, generalmente por su intensidad o sutileza).
Un dato rescatable es que la obra El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Cervantes se considera como la primera novela moderna. Este texto del Siglo de Oro español propone, por primera vez, una fusión de diferentes géneros literarios como la novela picaresca, de caballerías, pastoril, bizantina, sátira, entre otros. Este rico valor histórico y cultural se conserva cada día en las escuelas y colegios del mundo en los que se enseña español, sobre todo en aquellos donde su lengua oficial es esta.
Ahora bien, muchos se han planteado la interrogante propuesta en el título de este artículo y la respuesta, lejos de ser breve o sencilla, es más compleja de lo que parece. Aunque el español es una sola lengua, en cada región donde se habla existe una variante o dialecto propio, motivo por el que en Costa Rica no se habla con el mismo léxico que en México o España. En los dos primeros casos, el español fue desarrollado a partir de un proceso histórico específico, es decir, con la llegada de los españoles a tierras americanas. Este se mezcló con las lenguas autóctonas como el huetar y el náhuatl, las cuales dieron origen a palabras como “Iztarú”, tipo de árbol, y “aguacate”, del náhuatl ahuacatl, respectivamente.
Como estas, existen muchas otras palabras (tomate, chocolate, canoa, chile, coyote, huracán) que enriquecieron el español de esta región del mundo. No obstante, el español o castellano derivó primero del griego y el latín y tuvo influencia de las otras lenguas romances, especialmente aquellas cercanas a la península ibérica. A todo esto, Antonio de Nebrija publicó en 1492 la primera gramática de la lengua castellana, fecha que coincide con las expediciones europeas en tierras americanas. Esto representó una herramienta pedagógica muy valiosa para aquellos que impusieron su lengua sobre los nativos, quienes tuvieron que aprender una sintaxis nueva para comunicarse en su nueva realidad.
En esta misma línea, la Real Academia Española (RAE) se fundó en Madrid en 1713 y se convirtió en el ente regulador de la lengua española en todo el mundo. Hoy, cada país hispanohablante posee su propia academia de la lengua, la cual estudia los fenómenos lingüísticos específicos de cada uno.
Con esto presente, el español es el idioma oficial de Costa Rica según lo establecido en el Artículo 76 de la Constitución Política. Sin embargo, la Constitución también establece que el Estado debe velar por el mantenimiento y cultivo de las lenguas indígenas nacionales. De esta forma, el estudio del español en las aulas de primaria y secundaria es de índole obligatoria por ley y responde no solo al desarrollo integral de los estudiantes, sino también al cultivo y conservación de la gramática española en el contexto costarricense.
Así pues, en Costa Rica estudiamos español en la escuela y en el colegio aunque ya lo hablemos todos los días, porque no es lo mismo hablar que conocer bien el idioma. A continuación se muestra una lista de razones por las cuales se estudia el español:
- Mejorar la comunicación: Aprendemos a expresarnos mejor, escribir sin faltas de ortografía, organizar ideas en un texto, leer en voz alta con claridad y usar las palabras correctas según la situación
- Cuidar la cultura costarricense: El español que hablamos en Costa Rica tiene expresiones, refranes y modismos propios (“pura vida”, “tuanis”, “jalarse una torta”). Estudiarlo nos ayuda a valorar nuestra identidad cultural y a comprender cómo usamos el idioma en nuestro país.
- Comprender la literatura: En la escuela y el colegio se leen cuentos, poemas y obras de autores costarricenses y latinoamericanos, lo cual nos permite reflexionar, conocer la historia y la forma de pensar de otras épocas.
- Pensar críticamente: Cuando analizamos un texto en clase, aprendemos a sacar conclusiones, a argumentar y a defender nuestras ideas, habilidades que luego usamos en cualquier materia o en la vida diaria.
- Prepararnos para el futuro: Escribir bien un correo, redactar un informe o dar una exposición clara es importante en la universidad y en el trabajo.
El español no se estudia solo para hablar, sino para hablar mejor, leer con comprensión, escribir correctamente y valorar nuestra cultura costarricense como habitantes del mundo.
Por Rocío Zamora Fernández, filóloga española y docente de español
